Los relatos y las Escrituras que siguen a continuación reflejan de un modo nuevo el mensaje central de la Santa Biblia.

1. El Chofer

El chofer de un vehículo fue detenido por un policía. Era un buen chofer quien pensaba que no había cometido ninguna falta.

El policía le dijo: “Lo detuve porque iba a 55 millas por hora en una zona escolar. Habían diez señales indicando la velocidad máxima de 15 y usted las ignoró completamente.”

Así como el chofer que tuvo diez señales, Dios también nos ha dado 10 señales claras en la Biblia. Estas son los Diez Mandamientos.

¿Has mentido alguna vez, o robado algo, o usado el nombre de Dios en vano? Si tu eres como yo, la respuesta es “si”.

Escucha lo que la Biblia dice:
La persona que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos.  Santiago 2:10

Dios nos está diciendo que por no cumplir con uno de los mandamientos ya hemos pecado y seremos llamados a cuentas por incumplimiento de todos los demas, incluyendo el de adulterio y asesinato.

El juicio de Dios por nuestro pecado es la muerte. (Esto significa que estas personas iran al infierno, porque Dios no aceptará pecado en Su presencia).  Romanos 6:23a

Si la historia terminara aquí no habría esperanza para nosotros


2. El Convicto

Un hombre inocente se acercó a un juez y voluntariamente le propuso tomar el lugar de un asesino convicto y ser ejecutado. El juez consintió. Al día siguiente el juez le dijo al convicto que tenía que hacer una decisión.

“Un hombre inocente ha muerto en tu lugar. Si tu aceptas su pago por el crimen que tu cometiste, tu quedas en libertad. Si no aceptas su pago, tu serás ejecutado por tu crimen. ¿Cuál es tu decisión?”

Jesucristo, el Hijo de Dios, no tuvo pecado, pero voluntariamente dio su vida para pagar el precio por los pecados tuyos y mios. (Recuerda, el Juicio de Dios por nuestro pecado es muerte). Tres días después de que Jesus murió, El resucitó de los muertos.

Dios mostró su gran amor por nosotros al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, aun cuando éramos pecadores.  Romanos 5:8

El don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.  Romanos 6:23b

Como resultado de la muerte de Jesús en tu lugar, tú tienes dos opciones:

Recibir el perdón de Dios por tus pecados y el regalo de la vida eterna mediante el arrepentimiento (reconocer tu naturaleza pecaminosa y desear abandonarla) y poner tu confianza en el Señor Jesús.  (Hechos 20:21)

O


Rechazar el perdón de Dios por tus pecados y rechazar la vida eterna al poner tu confianza en cualquier otra persona o cosa en vez de Jesús para hacerte aceptable a Dios, esto es cargar tú mismo el precio del pecado al no cumplir con la ley de Dios.

Todo aquel que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero aquel que rechaza al Hijo de Dios no verá la vida, pues la ira de Dios permanecerá en él. Juan 3:36

El saber acerca de Jesús no significa creer en Jesús…


3. El Paracaidista

Los paracaidistas demuestran creer en sus paracaídas cuando saltan desde el avión. Los seguidores de Jesús demuestran creer en El cuando el Espíritu de Dios cambia sus pensamientos y deseos.

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas!  2 Corintios 5:17

Dios dice: “Te daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo en ti.”  Ezequiel 36:26

Así como entrar a un taller de mecánica no te convierte en un mecánico, el asistir a una iglesia no te convierte automáticamente en cristiano.

Si deseas recibir el perdón de Dios por tus pecados y el regalo de la vida eterna, haz la siguiente oración:

“Jesús, creo que pagaste el precio por mis pecados cuando moriste en la cruz y resucitaste de los muertos. Quiero apartarme de mis pecados, y poner mi confianza en ti como mi Señor. Estoy dispuesto a seguirte por el resto de mi vida. Gracias por el regalo de la vida eterna. Amén.”

Todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo.  Romanos 10:13

Los verdaderos seguidores de Jesús desean:
Vivir una vida digna del Señor, agradándole a El en todo momento, llevando fruto de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios.  Colosenses 1:10



¿Quien es Jesus?

Profetizado por:

Daniel

Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.  Daniel 7:13-14

Isaías

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.  Isaías 9:6-7

Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.  Mateo 1:22-23

Adorado por:

Los hombres sabios

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.  Mateo 2:9-11

Sus discípulos

Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.  Mateo 14:31-33

Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron.  Mateo 28:16-17

Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.  Lucas 24:50-53

Las mujeres que lo vieron crucificado

Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.  Mateo 28:8-10

Declaraciones hechas por:

Los adversarios de Jesús

Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.  Juan 5:17-18

Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.  Juan 19:7

El apóstol Pedro

Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.  Mateo 16:15-17

El apóstol Tomás

Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.  Juan 20:26-29

Jesús dijo de sí mismo

Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. Lucas 22:70

Yo y el Padre uno somos.  Juan 10:30

El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.  Juan 14:9

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